Sobre lo de poder despedir con el secretario a un jugador que cambia de equipo tras el cierre de plantillas, sí, es una faena, pero yo solo lo permitiría en el caso de que fuese un futbolista al que se le acaba de hacer contrato, es decir, a un fichaje nuevo; permitir despedirlo a cualquiera iría contra la posibilidad de que la apuesta de hacer años de contrato salga mal, y ese riesgo debería existir.