Y el señor Papilla se hizo caquita encima en los momentos decisivos, le dije que se relajara, que disfrutaría, que no le dolería...pero viendo que no tenía la chirla pa fideguas, ante tanta lágrima y suplicio, opté por sólo mojarle la cara y mandarlo a casa con muda limpia, no quise abusar, me supo mal. "Tranquilo, ya está, vete a casa y descansa...borrón y cuenta nueva"
Ante esto todavía quedan dos asaltos que no serán fáciles de predecir por los equipos que no se juegan nada, pero sin lanzar las campanas al vuelo la afición ya empieza a tararear:
¡¡¡SI SI SI, LA COPA SE VA A MADRID, SI SI SI, LA COPA SE VA A MADRID, SI SI SI, LA COPA SE VA A MADRID!!!
Dije.