Cardiólogos españoles: La sal, tan peligrosa para el cerebro como la cocaína
El consumo de sal de mesa, igual que el de la cocaína, induce un cambio en el tejido nervioso del hipotálamo, provocando un exceso de las hormonas dopamina y orexina en la sangre, responsables de la sensación de placer y satisfacción.
A esta conclusión han llegado los expertos de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), que calcularon que en el país ibérico se suele consumir más cloruro de sodio que los niveles recomendables. Frente a los 5-7 gramos de sal recomendados por la Organización Mundial de la Salud, los españoles toman una media de 11 gramos al día, proviniendo el 80% de esta cantidad de alimentos precocinados.
El sobreconsumo es peligroso por provocar un aumento de la presión arterial, que se transforma con el tiempo en hipertensión crónica. Pero ante todo forma un círculo vicioso, activando y multiplicando los neurotransmisores que propagan por el sistema nervioso la señal de que con mucha sal se vive mejor. Como respuesta, el organismo exige más sal.
Mientras tanto, la sensación es falsa, como en el caso de las drogas pesadas, como la cocaína. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, en España hay 11 millones de hipertensos. Del total de las defunciones por enfermedades cardiovasculares, las relacionadas con la hipertensión son las que más han crecido en los últimos diez años. Su mortalidad casi se duplicado. En el 2003 eran responsables del 4,8% del total de muertes registradas por patología cardiovascular y en el 2012 la cifra ascendió al 8,4%.
Los cardiólogos califican la situación de alarmante y urgen en un comunicado a "que las autoridades sanitarias tomen medidas ante esta problemática". Ante todo creen necesario que siga intensificándose la regulación de la cocción del pan: uno de los productos responsables de las 'sobredosis' de la sal. La reducción de un gramo al año de la sal presente en los productos horneados podría normalizar el consumo con el tiempo.
La SEC exhorta también a la población a comprar productos bajos en cloruro de sodio. A esto podría contribuir un mejor etiquetado de los productos alimentarios. Y también se recomienda añadir al menos cinco piezas de frutas y verduras de 80 gramos cada una a la dieta diaria, reduciendo al mismo tiempo el consumo de grasas.