En este caso voy a subir una noticia local de un hecho que me afecta directamente (los chicos son pacientes míos) y por el que seguramente en breve tendré que declarar como testigo.
Me daría por satisfecho si cada uno que lo lea intentara cuestionarse la veracidad de todo lo que cada día se puede leer, ver o escuchar. Además, me parece un asunto de especial relevancia dado que se viene creando desde hace mucho tiempo un estigma insalvable hacia todo lo que tiene que ver con enfermedades mentales, psicosis, trastornos de personalidad o esquizofrenia. ¿Te importaría tener un vecino con psicosis? ¿Crees que alguien diagnosticado de esquizofrenia puede ser más peligroso que alguien que no la sufra? ¿Eres de los que piensas que las personas diagnosticadas de un trastorno de estas características "algo habrán hecho" para estar así? ¿Crees que reconocerías a una persona con una enfermedad mental si te la cruzarás por la calle? Enhorabuena, si tu respuesta es sí a una o varias de estas preguntas, en tu caso ha hecho efecto esa estigmatización que los medios de comunicación y la sociedad han hecho de las enfermedades mentales.
Ahora mi comentario sobre la noticia y luego el que quiera que la lea y juzgue. Llevo cinco y seis años tratando a estos chicos que aquí se citan. Para que me entendáis los aficionados a las apuestas, la posibilidad de que estos chicos a los que se refiere la noticia actúen de forma chulesca, desafiante o violenta, se cotizaría a 1.01 por euro apostado en cualquier casa. Ni de coña -y estoy bastante seguro al decir esto- iniciarían nunca una pelea. A veces les doy caña para que se mojen más, para que se impliquen más, para que no rehuyan las cosas ni se encojan cuando se les está machacando -que no son pocas las veces ni situaciones-... porque de eso sí pueden pecar. ¿Pero de iniciar una pelea?
Sencillamente dos policías de paisano les vieron liarse un porro. Empezaron a preguntar y al ver el poco empuje de los tres fueron subiendo el tono del tonteo. Uno de ellos al fin respondió a la provocación, justo lo que esperaban los provocadores para tomarla con él. Dijeron ser policías verbalmente e hicieron amago de detenerle. Los amigos quisieron defenderle (sin saber que realmente eran policías, podía ser una vacilada) y en cinco minutos estaban rodeados de policías de paisano y de uniforme dándoles palos por todas partes. Se llevaron una soberana paliza y bien que todavía les cuesta olvidarse de ello más de dos años después.
Ahora lee la noticia y saca tus propias conclusiones... Pero las cosas no siempre son como nos las quieren contar.