Puede que el 4-2-3-1 sea primo hermano del 4-3-3, pero en manos de Mou hasta los familiares pierden las formas. La transición entre un sistema y otro debería ser armoniosa puesta en manos de conocedores del buen toque, sin necesidad de perder profundidad, se ganaría en criterio. Que sentido tiene el doble pivote Alonso – Khedira, por no hablar de Khedira – Lass o el más difícil todavía: Pepe – Khedira – Alonso. Contundencia, protección, anticipación o tal vez lo que expone Drazz “…partir el equipo y esperar un zarpazo…” Uno mira la plantilla del Madrid, ve el fútbol que propone y cuanto menos se echa a llorar…
Ayer gano el Bayern como pudo hacerlo el Madrid, pero lo alarmante del asunto no es la eliminación en sí; que ya es dura, más bien como se cayó. Como es posible que un equipo con ese plantel se limite a especular en el Bernabeu más de sesenta minutos; ya doy por hecho, muy a mi pesar, que tiene la autoridad moral para rezar el credo del anti-fútbol en otros campos, hasta donde hemos llegado. El juego blanco está degenerando incapaz de asumir su realidad; o cercenamos o la gangrena acabará lentamente con nosotros.
Merece la pena olvidarse del juego a cambio de títulos....