La carta de Weligton a Pellegrini:
Me costó guardar el secreto que usted nos reveló a toda la plantilla hace algunos días ya. Me costó porque no es fácil para ninguno de nosotros y especialmente para mí, como capitán del Málaga, evitar sentir pena por su alejamiento del club. Entiendo sus razones, y me alegro por usted, pero no me pida que esté contento, porque se va la piedra angular de una campaña histórica. De la mano de usted, fui parte de un equipo histórico y eso es algo que siempre le voy a agradecer.
Ha sido un día muy triste y muy movido, a la vez. Usted lo sabe. La noticia de terminar su vínculo con el club la presumíamos por cómo nos venía hablando en los últimos entrenamientos. El haberlo tenido como técnico ha sido una de las mejores experiencias en mi carrera futbolística. Poder recibir el conocimiento de alguien que ha estado en grandes clubes como Real Madrid es algo que me marcó desde un comienzo. Fue un honor tenerlo como técnico y haber podido recibir sus enseñanzas.
Me complica definirlo como entrenador. Palabras faltan. Siempre fue muy serio y trabajador. En la memoria del hincha siempre quedarán las campañas que logramos bajo su mando y que seguramente serán muy difíciles de repetir.
No le voy a mentir, don Manuel. A nosotros nos encantaría que siguiera trabajando en Málaga, pero usted tiene todo el mérito y la capacidad para seguir creciendo. Sabemos que perdimos una pieza clave en el club, pero que a la vez ganamos mucho durante el tiempo que estuvo a cargo del equipo.
Como capitán de Málaga sólo me resta desearle el mayor de los éxitos. Usted nos dejó claro que no se iba por un tema deportivo y eso nos da la tranquilidad necesaria. Además, sabemos, como usted mismo nos dijo, que su cariño por el Málaga siempre estará presente.
Don Manuel, siga su camino de éxito. Sabemos que no podemos quitarle el sueño de seguir creciendo. En Málaga, la ciudad, el hincha, la prensa, siempre se le recordará por su gran obra en el club; los triunfos deportivos, la participación en la Champions. Pero nosotros, los jugadores, fuimos su familia durante este tiempo. Vivimos con usted sus alegrías y también sus penas, como la muerte de su padre. Aprendimos a respetarlo y admirarlo más allá de una cancha de fútbol y a donde quiera que vaya, sepa que ningún jugador del Málaga podrá olvidar su calidad humana.
Vaya con Dios don Manuel, muchas gracias por todo.