Estaba claro que arriesgar es lo que tiene. Al final me toca para por obligación. Había dos opciones, una tener suertey el resto mala, y es que dejase de llover. Nada. Otra, tener mala suerte y el resto buena. Eso pasó.
Bueno, había una tercera opción, pegarse la ostia con el agua y dejar de ser uno de los pocos pilotos que ha acabado todas las carreras (que ahora mismo no sé cuantos somos). De momento aguantamos.
Entro en boxes. Seguramente a poner lluvia, así, justo si los pongo, deja de llover