Arranca una nueva temporada de la Enzo Francezcoli. Y para empezar con ella, os traigo una entrevista al genio, realizada en 2008, habrá que pase de leerla y seguro que habrá muchos que les agrade. Así que ahí la dejo.
Reportaje publicado en El Gráfico, edición agosto de 2008
1 ¿Encontraste tu lugar después del retiro? Siento que todavía no encontré algo que me llene profesionalmente como el fútbol. Como dice mi analista: estoy buscando mi tronco. Pero sé convivir con eso y la paso bien.
2 ¿Por qué empezaste terapia? Porque dormía mal, andaba con los nervios de punta. Arranqué en el 96. Mucho estrés. Cuando empezás a ser un tipo importante, en cualquier actividad de la vida, tenés más responsabilidades, sos más mirado y más juzgado. Te va mejor, sí, ganás más, pero todo se multiplica. Para bien y para mal. Yo les digo a mis amigos: si embocás al analista justo, ganás en calidad de vida. No es necesario estar loco para ir al psicólogo.
3 ¿Te arrepentiste en algún momento de haberte retirado en el 97? No, podría haber jugado un año más, pero era igual. Aprendí a vivir como un ex. Me costaron los primeros meses después del partido despedida. Apenas anuncié la decisión, sabía que me quedaba ese partido. Ahora, cuando terminó, tuve la sensación de que bajaba la cortina y me costó.
4 ¿Siempre fuiste una persona introvertida? Desde pibe: introvertido, vergonzoso, de hablar poco. Soy muy observador y sé escuchar, es una virtud que tengo.
5 ¿Te emocionás por dentro? Por afuera das una imagen de tipo frío. Me emociono y me conmuevo, pero mis sentimientos no los saco afuera. He llorado algunas veces. En mi despedida lloré casi toda la vuelta olímpica. Verles la cara a mis hijos, darme cuenta de que se terminaba. Es fuerte no tener más el “uruguayo, uruguayo”. Es fuerte no escuchar el “uhhhh” cuando la bajás de pecho, perder la adrenalina antes del partido, el grito en el vestuario de “Vamos, River, la puta madre”, los viajes con Uruguay en las eliminatorias... Es fuerte.
6 ¿Dónde estás viviendo? Desde el año pasado, en Buenos Aires. Viajo una semana por mes a Miami por Gol TV, el canal que tenemos con Paco (por Casal), el Tano (por Gutiérrez) y Villazán, y voy seguido a Uruguay también.
7 ¿Por qué te habías ido a vivir a Miami y por qué volviste? Me fui en 2002 cuando decidimos abrir el canal. Y volví después de cinco años porque la idea siempre fue vivir acá; mis hijos y mi señora se acostumbraron a la vida de Buenos Aires.
8 Es raro imaginar en una oficina a un hombre que siempre hizo deportes. Yo soy un loco que trato de racionalizar las cosas y pensé que el día que dijera “Basta fútbol” sería “Basta fútbol”. A medias me hubiera costado, estar yendo al club, a la cancha. Entonces quise cambiar y me junté con amigos para ver cómo era entrar en un mundo distinto, el de la empresa.
9 ¿Por qué quisiste cortar de raíz con el fútbol? Podría haber jugado uno o dos años más, pero estaba cansado del ambiente, de las concentraciones, mis hijos habían entrado en la adolescencia y quería recuperar el tiempo perdido. También por eso esquivo bastante las fotos y las notas. Me invitan de todos lados, pero trato de no ir. Yo era famoso por la pelota, pero terminé hace 10 años. Ya fue. Me encanta el afecto y que me persigan por una nota. Por ahí puedo pasar por pedante o parece que me la creo, pero no tiene que ver con eso.
10 ¿En Miami podés caminar por la calle tranquilo? Sí, en Buenos Aires también. Todo el mundo me reconoce y te das cuenta, me piden fotos pero no es la euforia de cuando jugaba, es mucho más tranquilo. Igual, mi familia nunca protestó por esas cosas. Mariela siempre fue muy piola, una mina que supo hacer su vida y su profesión más allá de su marido famoso. Manejó su apellido de soltera, y en 20 años de carrera habrá hecho 5 notas conmigo, no más.
11 ¿Te costó ser Francescoli? Para nada. Me podía molestar cuando iba a tomar el puente aéreo y embocaba un viaje de egresados con 50 pibes. Yo siempre hice cola, pero te agarran 50 pibes, 3 madres, te llaman del vuelo, y es el caos... Después lo disfruté. Peor es que te puteen o te miren mal. No sé cómo hacen muchos políticos para salir a la calle, porque la mirada de la gente es pesada. Yo erraba un penal y estaba tres días mal, sentía que todos me miraban porque había errado el penal.
12 ¿Los hinchas de Boca te piden autógrafos? Sí, por ahí sacan una entrada de la billetera y me dicen: “Soy de Boca pero te banco igual y estuve en tu partido despedida”. Me pasó más de una vez, eh. Y cuando fui a la Bombonera al partido homenaje de Diego, nadie me silbó.
13 ¿Por qué Maradona no fue al tuyo? Iba a venir, pero en los foros los hinchas de River empezaron a pedir que no viniera. Y Diego, para no causarme ningún problema, no vino. No hubiera sido ningún problema. Para mí hay tres cosas que no les discuto ni a mis mejores amigos: la religión, la política y el fútbol, cosas en las que uno, equivocado o no, defiende una causa.
14 Hace poco compartiste con Bermúdez el partido homenaje a Aristizábal, ¿le recriminaste aquello de “ponerse pálidos” en los clásicos? Hablamos sin problemas, con buena onda. Cuando hay cierta rivalidad, siempre algún jugador se deja llevar por la boludez de si se ponen rojos o pálidos, como él también se pudo haber puesto pálido el día que perdió la Libertadores con el América de Cali. Es un juego en el que nunca me prendí. Jamás me vas a escuchar a mí diciendo “soy de River y me muero por el club”, por más que sea mucho más hincha que otros que dicen serlo.
15 ¿Te agarraste a piñas alguna vez? Sí, tampoco es que yo soy el bueno de la película. Recuerdo una con Mario Alberto, un argentino, en París. Chocamos, nos fuimos de boca, y cuando terminó el partido volaron un par de manos en la entrada a los túneles. Fue en el Parque de los Príncipes. Justo había bajado la mujer de Lagardere, el presidente del Racing; trataron de agarrarme desde arriba y casi cobra la pobre mujer. Se armó un lindo tole tole. Con Rodolfo Rodríguez, un compañero de la Selección de Uruguay, también nos peleamos al final de una práctica. Ahora muchos comentaristas dicen: “Qué fuerte se juega”. Antes se jugaba fuerte de verdad, y había que bancársela.
16 ¿Por qué te pusieron Enzo? No sé, a mis viejos les gustaba por lo italiano, porque es corto y pega. Enzo viene de Vicenzo, se usa más Vicenzo en realidad, pero como el apellido es largo me pusieron el nombre corto.
17 Carretilla. ¡No es muy difícil darse cuenta! Me lo pusieron en Wanderers, por la mandíbula alargada. Me llamaban todos así. Después se impuso el “Flaco”.
18 ¿Cuándo te enteraste de que Zidane le había puesto Enzo a su hijo? Un poco antes de la Intercontinental 96. Ahí contó que iba a ser fuerte jugar contra River porque estaba yo, que de pibe me iba a ver a los entrenamientos del Marsella y que le habia puesto Enzo a su hijo recién nacido. Por eso le di mi camiseta tras el partido. Después supe que la usaba tipo piyama en la concentración del Mundial y con la Juve.
19 ¿Cuál fue tu reacción al enterarte? Beeee, fue fuerte. Lo que más me impresionó de él, ya con el tiempo, es que somos similares en personalidad. Zizou es un tipo bastante quieto que a veces pasa por pedante, es un loco muy agua tranquila. Obviamente tuvo un par de oleajes, lo vimos en el Mundial.
20 A vos también se te salía la cadena cada tanto. A veces. Me pasó en la Copa América 87, en la final contra Chile. Toqué la pelota por un lado y Astengo me hizo una rotura de cuadriceps que todavía hoy tengo, después a Alzamendi le hicieron la típica zancadilla en que le tocan un pie y enchampás (sic) con el otro, y se le tiraron con las dos piernas en el pecho sabiendo que lo podían lastimar. Me puse mal, Astengo se me paró adelante, no contuve el impulso y le metí el cabezazo. Me echaron a los 20 minutos. Y ni siquiera le rompí la nariz.
21 ¡Zidane te copió hasta el cabezazo! Je, je, lo de Zizou fue raro, porque él volvió sobre su marcha. Es diferente cuando te calentás enseguida. Por ahí tenés algo en la mano y lo tirás, no contenés el impulso.
22 ¿Hablaste con Enzo Zidane alguna vez? Lo conocí cuando tenía cuatro años. La última vez lo vi en Punta del Este. “¿La llevás con el nombre, te gusta?”, le pregunté. El se ríe, es tímido. Le pasa como a Marco, mi hijo menor, que idolatra a Zizou. Hace poco, Marco fue conmigo al partido en Ginebra donde jugué con Zizou y le costaba hablarle. Supongo que con Enzo debe pasar algo similar, con todo lo que le habrá hablado el padre. Pero está bueno, eh.
23 ¿Cómo es tu relación con Zizou? Nos habremos visto diez veces. Como somos parecidos, por ahí es medio aburrida la cosa. Le estaré toda la vida agradecido de que hiciera público su sentimiento. En Francia ha sido muy fuerte, si hoy me dan más bola que cuando jugaba. Voy a Francia y parece que llega el hermano de Zidane. Hace poco me elogió Papin, hay una generación que habla muy bien; eso quiere decir que, a pesar de mi sufrimiento, en Racing mi paso por ahí no fue en vano.
24 ¿Tenés idea de cuántos Enzos nacieron en los últimos 25 años? No. Firmo un montón de autógrafos para chicos a los que le han puesto Enzo por mí, y me encanta. El fútbol me ha dado cosas que no sé si son justas, pero son así y lo agradezco. Creo que mi gran condición en toda mi carrera fue no creérmela. Por patear mejor una pelota nunca me la creí.
25 Ahora que jugás para los veteranos, ¿qué se siente volver a los pasillos del Monumental? Se vienen imágenes, partidos, pero no sufro para nada. Tengo un gran recuerdo del fútbol. Un día me pidieron de Clarín que le escribiera algo a Diego cuando fue su partido homenaje. Y le puse: “Ojalá puedas disfrutar de ser un ex”. Yo hoy disfruto de ser un ex. Después, sí, me encantaría poder jugar. Recién pasó un loco y me dijo: “Enzo, ¿vas a volver a River?”. Y le contesté: “Si pudiera jugar, vuelvo mañana”. Pero no puedo. Tampoco lo sufro, eh.
26 ¿Ves los partidos de River? Salvo que esté viajando, los miro siempre. Si son importantes, cierro todas las cortinas y trato de que no esté nadie, salvo mis hijos o algún muy amigo. Puteo y me fumo más puchos de lo debido. Si es Alemania-Polonia puedo verlo con cualquiera.
27 Multiple choice. “No dirijo porque: A) No me quiero meter en la locura del fútbol; B) No toleraría que por tres partidos los hinchas me putearan; C) Mi mujer me mata; D) Mis hijos me matan; E) No soy un apasionado del fútbol y puedo vivir sin dirigir“. Ninguna de las anteriores. No dirijo porque no tengo ganas.
28 De 0 a 100, ¿qué probabilidad hay de que algún día seas DT? Hoy, 1 %. Quizás en un año dirijo y me decís que te respondí cualquier cosa. Para mí, el fútbol es una pasión y se mantiene. Tal vez cuando esté con más tiempo, al pedo por decir, me pique el bichito. Y te respondo lo mismo que a Davicce, Pintado y Aguilar cuando me ofrecieron el cargo: hago las cosas cuando las siento. Y hoy no tengo esas ganas. Es más: si me ponen contra la pared y me dicen “Mañana tenés que ser técnico de algo”, contestaría “de juveniles”. Aparte, siempre pensé lo mismo: la influencia del técnico es mínima en lo futbolístico y grande en la conducción del grupo, en amalgamar personalidades fuertes.
29 Antes de retirarte decías que te ibas a tomar un tiempo para ser DT, ¿imaginabas que llegarías a 11 años? Nunca me puse un tiempo. Y como cada vez que un técnico de River tambaleaba, yo aparecía en las encuestas, mi discurso pasó a ser: “No quiero jugar con el afecto de la gente”. No sé si algún día me picará el bichito, no lo sé.
30 ¿Cuántas veces te ofrecieron ser el técnico de River? Cinco o seis, cada vez que hubo problemas. La primera fue cuando jugaba. Le dije a Davicce: “¿Pero estoy jugando tan mal?”. Fue antes de un partido con Boca en Mar del Plata; a Ramón le habían dado el ultimátum, yo venía de operarme del hombro y ganamos 1-0 con gol mío. Entonces, para darle apoyo a Ramón lo llamé para que subiera al podio.
31 ¿La última? Después de Passarella. Todos le decían a Aguilar que no me llame porque no iba a aceptar, pero él se quiso sacar las dudas. “Sólo quiero escucharlo de tu voz”, me dijo.
32 ¿Algún otro club te ofreció ser DT? No, y tampoco lo sería. Sólo me moverían el piso River y Uruguay, si me lo mueven alguna vez. Ojalá que el día que yo quiera ser técnico, River ande mal y pueda serlo.
33 ¿Llegará ese día? No lo sé yo ni Mariela, que es psicóloga. Hasta ahora ni siquiera hubo un “Dejame pensar”, siempre fue un “No” directo. El día que me decida tendría que armar un grupo de trabajo, conseguir un gran PF, que es fundamental. Considerando que razono todo mucho, si hoy te digo que voy a ser técnico, no empezaría mañana, sino el año que viene.
34 Si algún día empezás, ¿es más probable que seas DT o manager? Manager. En River podría aplicar cosas que hoy aplico como empresario. Hay un aspecto social que el club, y no me refiero a esta presidencia sino a las que he vivido, han dejado de lado. River tendría que involucrarse más socialmente, no puede ser que no juegue en el Interior o que una vez por mes un jugador no vaya a visitar las ciudades.
35 ¿Ramón Díaz limpió a Daniel Fonseca en 2002 porque era amigo tuyo? Para mí lo limpió por eso y porque yo lo había recomendado. Me calenté porque actuaron mal. Si Ramón me tiene bronca o no, habría que preguntárselo a él. Vos fijate que él llegó a River y a la larga se fueron Cedrés, Burgos, Hernán Díaz, Astrada, Berti, todos líderes. Con el único que no pudo fue conmigo, porque yo era muy fuerte.
36 ¿Por qué los limpiaba? Es una pregunta para él... Yo te puedo decir lo que traté de hacer en River, porque ya estaba maduro, quizás con 25 años me hubiera peleado. Mi idea era convivir de la mejor manera. Por eso le decía al grupo: “Tratemos de no enquilombarnos, la cosa va bien, no tenemos ningún problema radical con Ramón, convivamos con las pelotudeces y vamo' arriba, si estamos ganando plata, prestigio y campeonatos, ¿para qué complicarnos?”.
37 ¿Cuáles eran las pelotudeces? Que subiera al escenario en una cena después de ganar la Libertadores y agradeciera a todos, menos a los jugadores. Rompe las pelotas, viste, porque el que juega es el jugador. Estábamos en la mesa y nos mirábamos recalientes. Algunos me preguntan por la rivalidad. ¿Qué rivalidad iba a tener yo? Si gritaban “Uruguayo, uruguayo” en la cancha. Después, cuando River fue campeón con Aimar y Saviola pasó lo mismo: fueron al programa de Tinelli a festejar y ni lo nombraron al técnico. Yo no tengo problemas con Ramón ni los quiero tener, pero las cosas como son.
38 ¿No agradeció a los jugadores a propósito o porque se le escapó? Vos te podés olvidar del kinesiólogo, del utilero, pero de los jugadores... Es como que yo gane un premio, suba y me olvide de agradecer a mi mujer y a mis hijos. Me puedo olvidar del perro (risas), ¿pero cómo te vas a olvidar de los tipos que, por más fenómeno que seas como técnico, hacen lo que vos querés que hagan?
39 Después de esa cena perdieron 4-1 con Boca... Pero no porque estuviéramos calientes con Ramón. Estábamos en otra. A mí me sacaron en patrullero de la Bombonera porque perdía mi avión para irme de vacaciones con mi familia. Veníamos de un gran estrés en la Copa y no queríamos saber más nada.
40 ¿La charla técnica con el América la diste vos? No. Le había pedido a Ramón hablar cinco minutos. Sentía que era mi última oportunidad de ganar la Copa y les dije: “Ninguno se imagina cuánto valen estos 90 minutos”. Con 34 años había aprendido a darles valor a las cosas, por ahí con 23 no se lo das. Quería tenerlos con la sangre hirviendo, pero no hablé de táctica. Nunca pude con mi genio, jamás me metí, aunque tuve mil oportunidades para hacerlo. Soy muy amigo de Cedrés, por ejemplo, Ramón lo sacó de River y yo no hice nada. Hoy le pediría disculpas a Gaby porque si yo me paraba, él no se hubiera ido. Muchas veces he pecado hasta de boludo en estas cosas. En la selección tampoco, jamás influí.