Cierto. No es nuevo. En un libro biográfico publicado en 2008 creo, ya comentó todo esto. Lo que pasa que por lo visto no tuvo repercusión en su momento.
En él, lo describe así (copio un fragmento que aparece por la red)
Últimamente, fue muy comentado el libro de memorias de Petit. En él se despacha a gusto con el Barça. De hecho, titula el capítulo de esa temporada “Barcelona, para mi desgracia”. Os saco algunos fragmentos: “En Inglaterra cobraba 150.000 euros al mes, por lo que pedí el doble a Gaspart. El dudó pero al final me dio su acuerdo. Todo iba bien hasta que llegué, donde fui recibido por el consejo de administración; unos verdaderos liantes. Parecían vendedores de alfombras. Lo discutieron todo y yo les amenacé con volver a mi hotel si no llegábamos a un acuerdo. Al final, aceptaron mis condiciones a las 4 de la mañana”.
– Más cosas: “Me incorporé al equipo más tarde, en el stage de Holanda. Llegué a la disputa de un partido amistoso y cuando entré para conocer a mis compañeros, la mayoría de ellos no me prestaron atención ni me saludaron. En poco tiempo vi que había tres clanes bien establecidos: los catalanes, los holandeses y los demás. Adiós a la unidad”.
– De Llorenç Serra Ferrer dice en el libro que es “un incompetente” y “un payaso”.
– Otras perlas: “Pedí autorización a los técnicos para irme, cosa que rechazaron y me tomé muy mal. Tenía muchas ganas de mandarlo todo a la mierda. Incluso llegué al punto en el que tuve ganas de hacer daño a alguien. En mi garaje me instalé un ‘punching ball’ para librar adrenalina. No tuve suerte; me encontraba en el peor periodo del Barça, en un grupo en declive, podrido por los clanes. Llegué a un punto de no retorno. Cuántas veces me fui del entrenamiento llorando. No eran lágrimas de tristeza, eran de nervios”.
– Reconoció también que fue adicto al sexo. En su libro cuenta una anécdota de cuando jugaba en el Arsenal, con un ligue que tenía: “Era una chica muy mona y una vez practicamos sexo en la sala de billar del hotel. Al día siguiente, por la mañana, el director del hotel y el staff me recibieron con aplausos, explicándome que la sala tenía instaladas unas cámaras de seguridad y lo habían visto todo. Afortunadamente, como eran seguidores del Arsenal, no hicieron uso de las imágenes”.