A ver, realmente la colleja no fue para tanto, es una simple colleja, no una agresión, y si le meten partidos por eso, es para hacérselo mirar. Pero, personalmente, sabiendo que el cuarto árbitro era un individuo que responde al nombre de Santos Pargaña (andaluz, vendedor de coches usados, creo recordar), lamento que no lo tirase al suelo y le pisara la cabeza. O que lo hubiera hecho el Mono Burgos...