Para mí, sobra la pantomima. No la veo necesaria ni ayuda a mejorar la imagen que se tiene fuera de los terrenos de juego. Que el futbolista hoy en día es espejo donde se mira mucha gente. Ojalá fuera el científico, el político, el filósofo, el erudito, pero es el futbolista. Y a mí, personalmente (insisto, a mí) me gusta más la humildad que la prepotencia. Y humildad no es falsa modestia, que es un discurso muy manido también. Ahí está Carlo Ancelotti, sin irme muy lejos. Pero bueno, yo que sé, es lo que me gusta a mí.