La solución, para mí, sería topar el número de fichajes invernales.
Por ejemplo, que cada equipo solo pueda incorporar como mucho a 5 futbolistas entre libres y negociados. De este modo, la gente se lo pensaría muy mucho antes de acometer un fichaje, como en la vida real. Lógicamente, el precio del Secretario debiera bajar un poco.
Pienso que lo fuerte de la planificación debe ser en agosto y que el mercado de invierno solo debe suponer una ventana para realizar alguna pequeña variación, nada más. Ni para forrarse de pasta, ni para cambiar medio equipo, ni para nada de eso. Hay equipos que hacen más de 40 fichajes, eso no tiene ni lógica ni sentido.