CHICHI PRODIGIOSO:
Un lepero va en un tren sentado frente a una rubia estupenda, vestida con una minifalda muy corta.
El lepero intenta no fijarse en sus preciosos muslos pero no es capaz de retirar su mirada. De tanto fisgonear se da cuenta que la chica va sin ropa interior.
La rubia se da cuenta de que él la mira justo ahí y le dice:
- Me estás mirando el chichi, ¿verdad?
- Sí, disculpa - responde sonrojado el lepero, tras apartar la mirada.
- Está bien, no te preocupes - responde la mujer - ¿Sabes? Es muy hábil. Mira esto, voy a hacer que mi chichi te guiñe un ojo.
Dicho y hecho. El lepero ve asombrado cómo el chichi le echa un par de guiños.
Él, totalmente asombrado, se pregunta qué otras cosas podrá hacer.
- También puedo hacer que te tire un beso.
La chica sube un poco más la falda para que él tenga una vista completa y despejada. Acto seguido, el chichi increíblemente contrae sus labios y le tira un beso con sonido incluido.
- Muac
!!!Ñoosss!!!!! El lepero no se lo podía creer...
- Ven y siéntate a mi lado - sugiere la mujer ya entrada en calor.
El lepero, ni corto ni perezoso, se sienta a su lado.
La rubia, con voz melosa, le pregunta:
- ¿Quieres meter dentro un par de dedos?
Paralizado de asombro el lepero responde:
- ¿No jodas que también silba?
DICEN QUE SOLO CON LEERLO DA SUERTE...
Una viejecita fue un día al Banco del Comercio "Bancomer" llevando un bolso lleno hasta el tope de dinero...
Insistía ante la ventanilla, solicitando que quería hablar única y exclusivamente con el Presidente del Banco para abrir una cuenta de ahorros, para lo cual decía: "Comprenda Ud., es mucho dinero".
Después de mucho discutir, la llevaron ante el Presidente del Banco, respetando el concepto de que el cliente tiene siempre la razón.
El Presidente del Banco inquirió: -¿Cuál es la cantidad que Ud. desea ingresar?
Ella dijo: USD$165.000,00 -y automáticamente vació su bolso encima de la mesa.
El Presidente, naturalmente, sintió una gran curiosidad por saber de dónde habría sacado la viejita tanto dinero y le preguntó:
-Señora, me sorprende que lleve tanto dinero encima, realmente es mucha cantidad... -y acto seguido le preguntó: -¿Cómo lo ha conseguido?
La viejecita contestó: -"Es simple, hago apuestas".
-Apuestas? -preguntó el Presidente- ¿qué tipo de apuestas?
La viejecita contestó: -"Bueno, todo tipo de apuestas; por ejemplo le apuesto a Ud., USD$25.000,00 a que sus pelotas son cuadradas!"
El Presidente soltó una carcajada y dijo: -"Esa es una apuesta estúpida... Ud., nunca podrá ganar una apuesta de ese tipo".
La viejecita lo desafió.
-Bueno ya le dije que hago apuestas; está Ud., dispuesto a aceptar mi apuesta...?
-Por supuesto -respondió el Presidente: -Apuesto USD$25.000,00 a que mis pelotas no son cuadradas...
La viejecita dijo: -"De acuerdo, pero como hay mucho dinero en juego..., ¿puedo venir mañana a las 10:00 AM con mi abogado para que nos sirva de testigo?
-Por supuesto -respondió el Presidente, teniendo en cuenta que se apostaba dinero.
Aquella noche, el Presidente estaba muy nervioso por la apuesta. Pasó largo tiempo mirándose sus pelotas en el espejo; volviéndose de un lado para otro, una y otra vez. Se hizo un riguroso examen y quedó absolutamente convencido de que sus pelotas no eran cuadradas y que ganaría la apuesta.
A la mañana siguiente a las 10:00 en punto, la viejecita apareció con su Abogado en la Oficina del Presidente. Hizo las pertinentes presentaciones y repitió la apuesta de USD$25.000,00 a que las pelotas del Presidente son
cuadradas.
El Presidente aceptó nuevamente la apuesta y la viejecita le pidió que se bajara los pantalones para mostrar sus pelotas.
El Presidente se bajó sus pantalones y la viejita se acercó y miró sus pelotas detenidamente y le preguntó tímidamente si las podía tocar; expresando: -Tenga Ud., en cuenta que es mucho dinero y debo cerciorarme.
-Bien, de acuerdo -dijo el Presidente convencido que USD$25.000,00 es mucho dinero: -y comprendo que quiera estar absolutamente segura.
La viejita se acercó al Presidente y agarrándole empezó a palpar sus bolas; paralelo a lo cual el Presidente se dio cuenta de que el Abogado estaba golpeándose la cabeza contra la pared.
El Presidente preguntó a la viejita: -Y ahora que le pasa a su Abogado?
Ella contestó: -"Nada, sólo que he apostado con él USD$100.000,00 a que hoy a las 10:00 de la mañana tendría las pelotas del Presidente de Bancomer en mis manos".